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Covid-19 y la aceleración en la transformación digital sobre la identidad.


Desde antaño, la identidad de las personas era única y se definía como: “percepción individual que una persona tiene sobre sí misma”, pero los tiempos cambian, y con la llegada del COVID-19 (Coronavirus) la revolución 4.0 se aceleró, los empresarios y el planeta comenzaron a incrementar prontamente su transformación digital y a su vez la identidad digital.


Profundizando sobre la identidad digital, esta tendría tres formas las cuales se deben cuidar con seguridad digital. Cada una de ellas se definen en diferentes contextos.


  • La Identidad de la persona física: Identidad que hasta hace poco, era la preferida para realizar firmas de documentos, se reconocía por su comparecencia, su forma de hablar, de vestirse, de caminar, los datos biométricos de huella dactilar, voz, firma manuscrita, entre otros, podrían usar factores de autenticación para estar seguros que la persona era quien decía ser; lo que ella es. Por otro lado, una identificación validable con un tercero (Cédula, pasaporte, entre otros) podrían ser factores identificación por lo que ella tiene.


  • El tema se complicó, cuando lo que se necesita es verificar a la persona por su identidad real, que hoy se llama identidad del smartphone, ¿cuántos espos@s? no les gustaría realmente poder percibir lo que pasa en la vida diaria de su pareja en las conexiones digitales, y no solo en redes o WhatsApp, sino en todo lo que vive una persona con su teléfono inteligente, por ello se realizan validaciones de identidad como: lo que ella es, datos biométricos de huella dactilar, voz, identificación de rostro, entre otros y también por lo que ella sabe, patrón, pin, clave, contraseña, entre otros y ninguna de las anteriores es validable con un tercero de confianza, como si es posible en la identidad física.


  • La tercera es que se identifica para web 2.0 y 3.0, redes sociales, se construye navegando (Stalkear) a partir del reconocimiento de los demás, sin ni siquiera llegar a comprobar si esa identidad es real o no, todo depende de cómo los demás perciban a esa persona a través de la información que genera.


Como se puede evidenciar se requiere un tercero de absoluta confianza para poder estar seguros de que las personas son quien dicen ser, mezclar factores de autenticación y tecnología PKI (Infraestructura de clave pública), para dejar tendiente a cero el riesgo de suplantación en la identificación de personas.


 

Autor: Diego Alejandro Gutierrez Montilla



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